Soy cartero

Lawrence Adair tiene un rol vital en su comunidad. Es cartero para el Servicio Postal de los Estados Unidos (USPS). Lawrence empieza cada día en la oficina postal, clasificando cartas con sus colegas. Luego descarga su camioneta y maneja hasta los puntos asignados en su ruta. Allí, estaciona su coche, reparte los paquetes a pie y conduce al siguiente punto. Cuando termine, habrá repartido cartas y papeles a alrededor de 500 buzones. Con los años, ya conoce a la gente que vive en los barrios donde él trabaja. Una vez hasta ayudó a una mujer mayor que se había caído en su casa a levantarse. “No necesitaba atención medica, pero esas cosas pueden pasar. A veces uno está en el lugar indicado en el momento indicado”, dice Lawrence. “Uno solo debe estar ahí y ayudar”.

Me crié entre carteros. Mi tía era cartera, y cuando era niño yo conocía a mi cartero. A los dos nos gustaba andar en patineta, y me gustaba verlo en la ciudad.

Luego de la secundaria, trabajé en restaurantes. Luego solicité empleo en el Correo. Tuve que completar pruebas de clasificación de paquetes y de manejo, verificación de antecedentes y un entrenamiento de cinco días.

Pasé cuatro años como asistente. Me asignaban una ruta diferente cada día, en general en reemplazo de alguien. ¡Eso me mantuvo ocupado!

Ahora soy cartero en la ciudad. Hago la misma ruta todos los días. Conozco a casi todas las personas a las que les entrego el correo. Me siento conectado con la comunidad.

Camino 10 millas por día repartiendo cartas. Lo más difícil de mi trabajo es el clima. La lluvia y el calor extremo pueden ser desafiantes. Pero me encanta pasar tiempo afuera.