Todos se merecen un amigo

Sammie Vance construye bancos para ayudar a la gente a relacionarse cuando necesitan un amigo

Mientras lees, pregúntate: ¿Por qué a alguien que se siente deprimido le puede resultar difícil pedir ayuda?

Heidi Vance (Sammie on bench); Shutterstock.com (all other images)

Sammie sentada en uno de los bancos de la amistad que construyó su organización.

Sammie Vance recuerda momentos en que se sentía triste. Estaba en segundo grado en la Escuela Elemental Haley en Fort Wayne, Indiana. Cuando veía a los niños jugando en el recreo, preguntarles si se podía sumar la hacía sentir nerviosa y ansiosa. “Definitivamente me costaba acercarme a alguien y proponerle jugar”, dice. “Para mí, como para muchos niños, es algo difícil”.

Ese verano durante un campamento, Sammie vio un video sobre jóvenes que habían instalado algo que llamaban “el banco de la amistad” en su escuela. Los bancos de la amistad son bancos especiales diseñados para ayudar a los niños a comunicarse cuando quieren a alguien con quien hablar o jugar. Cuando te sientas en un banco de la amistad, puedes indicar que necesitas un amigo sin necesidad de decir una palabra.

Algo hizo clic en ella. “La idea me atrajo mucho”, dice. “Quería un banco de la amistad para mi escuela”.

Sammie empezó a investigar si podía comprar un banco de la amistad en su comunidad. Encontró una compañía basada en Indiana que hacía bancos de plástico reciclado. A Sammie le encantaba la idea de un proyecto que combinaba reciclaje, acción comunitaria y forjar amistades. Decidió reunir tapas de botellas que pudieran reciclarse para el banco.

Hoy hay tres bancos de la amistad en el predio del antiguo colegio de Sammie. Ella ya tiene 16 años, y ayuda a otras personas -niños y adultos- a navegar el proceso de instalar sus propios bancos de la amistad. Durante los últimos ocho años, ayudó a construir más de 650 bancos en los Estados Unidos y otros países, como México y Ghana.

Sammie's Buddy Bench Project
Watch a video to hear from Sammie about her Kindness Campaign.

Beneficios del banco de la amistad

El concepto de los bancos de la amistad se originó en Europa como parte de un esfuerzo para construir empatía entre gente joven. Los bancos se pueden encontrar en zonas de juegos y parques de todo el mundo. Los bancos de la amistad fueron diseñados para promover conexión y conciencia.

La investigación sugiere que los jóvenes de hoy necesitan un poco de cariño. Según un estudio publicado en 2021, adolescentes de 37 países revelaron tener sentimientos de soledad en la escuela entre 2012 y 2018.

Pero tener un lugar para conectar con otros puédenla hacer que la gente se sienta menos aislada. Otro estudio reveló que cuando se incorporó un banco de la amistad en el patio de juegos de una escuela, la cantidad de niños que jugaban solos en el recreo se redujo a casi un cuarto.

Sammie pensó que instalar un banco de la amistad en la escuela podía beneficiar mucho a la comunidad. “Me ayudaría a mí, y también a otros niños”, dice. “Yo sabía que no estaba sola en mis sentimientos de soledad”.

Los bancos de la amistad son buenos no sólo para quienes necesitan un amigo. Los niños que se acercan a quien está sentado también se pueden beneficiar. La investigación muestra que hacer cosas para los demás puede ayudar a levantar el ánimo, reducir el estrés y mejorar la salud física y mental. “Uno no sabe lo que un pequeño acto de generosidad puede hacer para el mundo”, dice Sammie. “Es algo hermoso. Es una reacción en cadena enorme”.

Heidi Vance

Sammie en la planta que manufactura los bancos con plástico reciclado

Construido con tapas de botellas

Cuando Sammie se dispuso a hacer su primer banco de la amistad, abordó a la compañía Green Tree Plastics. Ellos usan plástico reciclado para manufacturar estructuras como mesas para picnics. La compañía aceptó construir un banco de la amistad. Sammie entonces se reunió con el director de su escuela para preguntarle si podrían ponerla en la sede de la escuela. Cuando él aceptó, Sammie empezó a reunir fondos.

Se requieren alrededor de 400 libras de tapas de botellas de plástico para hacer un banco. Una típica tapa pesa alrededor de 2,2 gramos. Eso significaba que Sammie necesitaría 82474 tapas para crear un solo banco.

Sammie empezó a acumular tapas de sus bebidas embotelladas; las guardaba en los bolsillos de sus pantalones durante todo el día y luego las conservaba en su garaje y su sótano. Pero sabía que no podía alcanzar su meta sola. Así que organizó un salón de recolección en la escuela y pidió a los cafés del barrio si podrían recoger tapas también. Un equipo de baseball local ayudó reuniendo tapas durante los partidos. Hacer un banco reciclado puede costar hasta $900, así que Sammie también organizó eventos de recaudación de fondos y recibió donaciones.

A los tres meses, Sammie había recaudado más de 1200 libras de tapas de botellas; lo suficiente para construir tres bancos. Los instalaron en el patio y en la entrada de la escuela. A Sammie también le sobraron tapas para donar a otras escuelas que quisieran seguir sus pasos y hacer sus propios bancos. Empezó a trabajar con escuelas y otros grupos interesados en instalar bancos de la amistad. Fundó una organización sin fines de lucro, llamada Sammie’s Buddy Bench Project, y creó un sitio web para informar sobre su misión.

Heidi Vance

Sammie reunió tapas en cestos de su escuela primaria.

Inspirar a los otros

Eventualmente, Sammie se asoció con una compañía llamada Polywood para ayudar a reducir el precio de los bancos. Individuos y grupos interesados podían recolectar 1000 piezas de plástico número 2, enviarlo a una planta de reciclado local, y documentar el proceso con fotos o videos. Si envías las imágenes a Polywood recibes un cupón con el que el precio del banco baja a $400. La compañía transporta el banco gratuitamente.

Desde que Sammie empezó el proyecto, hace ocho años, ha ayudado a universidades, bibliotecas, geriátricos y hospitales a reunir suficientes tapas para construir cientos de bancos. La respuesta fue abrumadoramente positiva. “Recibí cartas de todas partes del mundo”, dice. “Son tan importantes”. Algunas incluso dicen: “Conocí a mi mejor amigo en un banco”.

Para los jóvenes que desean empezar un proyecto propio, el consejo de Sammie es empezar con algo pequeño. “Mi proyecto empezó con una tapa”, dice. Mientras continúa instalando bancos, planea seguir ayudando a quienes necesitan un amigo. “Solo espero difundir bondad a donde vaya siempre”, dice.

Heidi Vance

¡Se necesitan más de 82000 tapas para hacer un solo banco!