Te despiertas, te miras en el espejo y lo ves: un grano rojo gigante. Todos tenemos acné. No hay que sentir vergüenza, pero si te molestan, hay formas de minimizar los brotes. Muchas veces, el acné es peor para los adolescentes por los cambios hormonales que ocurren en la pubertad. Los poros de tu piel contienen glándulas que crean un tipo de grasa llamado sebo. Tus hormonas pueden estimular estas glándulas para producir sebo en exceso. Cuando los poros se tapan con sebo y células muertas, te sale acné. El acné es más común en el rostro, el pecho, la espalda y los hombros. Aquí van formas de tratarlo.
Estos tratamientos están disponibles en venta libre en la mayoría de las farmacias. Si tu acné no reacciona luego de un par de semanas, pide a un adulto que haga una cita con un dermatólogo (un médico especialista en piel).