Cuando eras más pequeño, seguro pasabas meses planeando tu disfraz de Halloween y soñando con los dulces que podías obtener de tus vecinos. Pero ahora que eres adolescente (o casi), puede que los adultos te miren de reojo si les pides dulces. Algunos creen que Halloween debe ser sólo para los niños, y que los adolescentes tienen que dejar que los más pequeños pidan dulces. Pero otros piensan que nunca eres demasiado grande para celebrar, disfrazarte y pedir dulces de puerta en puerta. Cuando seas adolescente, ¿debes encontrar otra forma de pasar el 31 de octubre?
¿Son los adolescentes demasiado grandes para pedir dulces?
Sí
Sí, los adolescentes ya están grandes para pedir dulces. Halloween es una festividad divertida, pero los adolescentes deben buscar otras formas de celebrarla. En mi barrio, no está bien visto que los adolescentes hagan “truco o dulce”, porque muchas veces se llevan una cantidad excesiva de caramelos, y así arruinan la diversión de los más pequeños. Los más chicos quizás se sientan intimidados si las calles están llenas de adolescentes con disfraces que dan miedo. Los adolescentes deben encontrar actividades de Halloween más apropiadas a su edad. Por ejemplo, un año yo hice trabajo voluntario en un evento de pintura de calabazas. Los adolescentes también pueden ir a fiestas de disfraces u organizar visitas a casas encantadas para los más pequeños. Estas actividades nos permiten participar del espíritu festivo de Halloween respetando a nuestras comunidades.
–Vin Bhat, estudiante de décimo grado de California
No
No, la edad no debe impedirte pedir dulces. ¿Por qué hay que prohibir a los adolescentes una actividad que celebra la creatividad y la comunidad? El año pasado, mis amigos y yo salimos a pedir caramelos antes de una fiesta y fue muy divertido. Muchos adolescentes no sabemos qué hacer en Halloween. Todavía nos divierte disfrazarnos y ser parte de la celebración, pero las fiestas de Halloween no empiezan hasta más tarde en la noche. La solución perfecta es salir a pedir dulces. No queremos incomodar a los más pequeños ni a sus padres; ¡sólo queremos caramelos gratis como todo el mundo! Personalmente, me encanta la alegría infantil del “dulce o truco”. Los adultos no deben menospreciar a los adolescentes que intentan divertirse sanamente.
–Kate Krugman, estudiante de undécimo grado de Georgia
¿Los adolescentes deben dejar de pedir dulces?
¿Los adolescentes deben dejar de pedir dulces?
¿Los adolescentes deben dejar de pedir dulces?