Verdades y mitos sobre los presupuestos

Llevar la cuenta de tu dinero puede ayudar a tener más fondos disponibles para divertirte

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¡Yupi! Te acaban de dar tu mesada semanal. Hay tantas maneras de gastarla. ¿Vas a invitar a tu mejor amiga a tomar un té de burbujas? ¿O tal vez comprarás fichas para jugar en la sala de juegos por un par de horas luego de jugar al fútbol?

Recuerda, si te gastas toda la mesada en cosas divertidas el lunes, te quedarás sin dinero cuando tu grupo encargue pizza después de la escuela el jueves. ¿Quieres asegurarte de que eso no suceda? Entonces deberías empezar a llevar un presupuesto.

“Un presupuesto nos dice lo que podemos comprar”, dice Kimberley Palmer.

Ella es experta en economía personal. Cuando creas un presupuesto, llevas la cuenta de cuánto dinero entra y cuánto sale. Puedes hacerlo en papel, con una aplicación o con una hoja de cálculo en tu computadora. Tu presupuesto puede ser básico o sofisticado.

No importa cuán simple o complejo sea un presupuesto, tiene la misma función: ayudarte a manejar tu dinero para poder gastarlo sin incurrir en una deuda.

Sigue leyendo para entender mejor todos los detalles de los presupuestos, ver lo que dicen los expertos en finanzas y aprender a crear tu propio presupuesto para siempre saber cuánto puedes gastar.

1. ¿VERDAD O MITO? Los presupuestos confunden mucho.

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¡Mito! Si la palabra presupuesto te hace pensar en una inmensa hoja de cálculo con docenas de columnas y números, piénsalo de nuevo. Un presupuesto puede ser tan sencillo como una tabla de dos columnas. Una debería llevar la cuenta del dinero que entra (ingresos). La otra debería llevar la cuenta del dinero que sale (gastos).

Siempre y cuando el total de la columna de ingresos sea igual o mayor al total de la columna de gastos, vas por buen camino. “Lo más importante es que no puede salir más dinero del que entra”, dice Leslie Boden, un asesor financiero que trabaja con adolescentes.

A medida que creces, los presupuestos se complican más porque manejas más compromisos económicos. Tal vez tengas que llevar la cuenta de los pagos de un carro, de la renta y de los servicios públicos. Pero si estableces las bases para llevar un presupuesto ahora, estarás listo para tener éxito más adelante.

2. ¿VERDAD O MITO? Los presupuestos son aburridos.

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¡Mito! Si el solo hecho de pensar en un presupuesto te hace bostezar, no estás solo. Pero los presupuestos en realidad te permiten maximizar la diversión porque te ayudan a asegurarte de tener suficiente dinero para todas las cosas que quieres hacer y comprar. “Es como asegurarte de no usar todos los puntos de energía o vidas en un videojuego de inmediato”, dice Palmer.

Tu presupuesto puede verse muy simple, pero Palmer recomienda darle una vuelta de tuerca para mantenerte motivado. Por ejemplo, si llevas tu presupuesto en tu computadora o en tu teléfono, tal vez podrías usar una aplicación como Canva para crear una presentación con imágenes de todas las cosas que quieres hacer con tu dinero. Si llevas un presupuesto en papel, podrías recortar fotos de revistas y hacer un collage, imprimir fotos de tu teléfono o usar materiales para hacer manualidades y darle un toque de estilo. 

3. ¿VERDAD O MITO? A todo el mundo le viene bien llevar un presupuesto.

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¡Verdad! Saber cómo llevar la cuenta de tu dinero es una habilidad para la vida que debería adquirirse cuando eres joven y practicarse con frecuencia. “Usar un presupuesto no es algo que se dé de manera natural para la mayoría de nosotros —dice Palmer—. Cuanto antes empieces, más fácil será”.

Piénsalo así. ¿Recuerdas cómo te cepillabas los dientes de leche cuando eras pequeñito, incluso cuando sabías que se te iban a caer? De ese modo, ahora que tienes tus dientes de adulto, cepillarlos es un hábito bien establecido (¡al menos eso esperamos!).

Llevar un presupuesto funciona de la misma manera. Es una buena idea acostumbrarte a llevar un presupuesto ahora, cuando eres adolescente. El riesgo es menor ahora de lo que será cuando tengas más responsabilidades económicas.

Cuando seas independiente, no saber cómo llevar un presupuesto podría significar que te quedes sin dinero para cosas realmente importantes, como la gasolina, la compra o la renta. Si te endeudas, puedes enfrentarte a serias consecuencias legales.

4. ¿VERDAD O MITO? Llevar un presupuesto puede ayudarte a ahorrar.

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¡Verdad! Un presupuesto es una gran manera de manejar gastos diarios, como refrigerios y entretenimiento. Pero rastrear tu dinero también puede ayudarte a ahorrar para compras más grandes.

Supongamos que en tres meses viene a la ciudad tu cantante favorito. Si tienes un presupuesto, podrás saber cuánto dinero debes apartar para las entradas cada vez que recibas algo de efectivo. Tu presupuesto también te ayudará a identificar áreas en las que puedas ahorrar incluso más dinero para asegurarte de poder pagar el concierto. ¿Cortas un césped extra todos los fines de semana? ¿Te compras un helado a la salida de la escuela dos veces por semana en vez de todos los días?

Cuando tienes una noción clara de adónde va el dinero, es fácil ver lugares en los que aumentar lo que entra y disminuir lo que sale para que crezcan tus ahorros. “Una vez que empieces a ahorrar dinero, te entusiasmará poder darte tus gustos con productos especiales o viajes”, dice Boden.

5. ¿VERDAD O MITO? Los presupuestos significan que debes escatimar.

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¡Mito! La gente dice a menudo: “Tenemos que ajustarnos al presupuesto”, para expresar que el dinero está muy justo. Pero el punto de un presupuesto es no gastar de más, no importa cuánto dinero tengas.

“Los presupuestos tienen mala reputación porque la gente cree que significan decir “no” todo el tiempo”, dice Palmer. Pero una manera de pensarlo es que un presupuesto de hecho te dice lo que puedes hacer.

Crear un presupuesto te ayuda a priorizar cómo quieres gastar tu dinero según lo que sea más importante para ti. Si quieres ahorrar, tu presupuesto puede incluir un monto específico que pondrás a un lado todos los meses para alcanzar un objetivo económico. Puedes pedirle a un adulto que te ayude a abrir una cuenta de ahorro si aún no la tienes. Luego viene la parte divertida. Puedes gastar el dinero que tienes.