Lo que más les gusta a Hank Turner y Will Vandeford es jugar al béisbol. Cuando estos adolescentes de Denver, Colorado, se enteraron de que unos niños de la ciudad no podían jugar, quisieron hacer algo al respecto. Los niños eran parte de alrededor de 30.000 refugiados que llegaron a Denver los últimos años. La mayoría son de Venezuela. Llegaron a los Estados Unidos en busca de asilo, escapando de condiciones peligrosas en sus países. Entre ellos hay muchos niños. Como sus padres, ellos muchas veces no hablan inglés y no conocen la región. Para los niños puede ser difícil involucrarse en actividades locales como la Little League.
“Cuando nos enteramos que los niños venezolanos no podían jugar al béisbol, nos dimos cuenta de que era algo que nunca antes habíamos tenido que pensar”, dice Will. “Quisimos ayudarlos.”
Hank y Will decidieron organizar un equipo específico para los niños venezolanos. Junto a su iglesia, recibieron donaciones de equipamiento y dinero. También llevaron el mensaje a las redes sociales. Al poco tiempo habían reunido a un equipo de 15 refugiados. El equipo acaba de terminar su primera temporada, un éxito mayor al que habían imaginado Hank y Will. Pero ellos dicen que la mayor satisfacción fue ver que su ciudad recibía cálidamente a los jóvenes beisbolistas.
Lee más para saber cómo Hank y Will reunieron a su comunidad a través del béisbol. Quizás te inspire a compartir tu pasión con otras personas de tu lugar.