No es raro que Maya vea delfines, ballenas e incluso tiburones durante las carreras. Los tiburones no le dan miedo, pero no le gustan las medusas. Durante la carrera en Ka’iwi en Hawaii en 2023, nadó junto a muchas de ellas. “Me picaron sin parar durante tres horas”, dice.
Durante las grandes carreras, Maya no piensa en los peligros como las medusas. También trata de no pensar en el tiempo que le falta ni en el que lleva nadando. “Puede ser aterrador, y no es motivador”, explica. Su foco, en cambio, es: “Sigue nadando”.
Para mantener su mente ocupada, hace cosas como contar hasta 100, recitar las tablas de multiplicar o practicar conjugaciones de verbos en español. Los amigos le sugieren otras cosas para pensar, como “¿Sobre qué escribir el ensayo de la universidad?” o “Imaginar una conversación con una celebridad que te gustaría conocer”. El equipo le lee mensajes de ánimo de sus fans. Los mensajes la mantienen positiva. “Me recuerdan que, incluso cuando me siento sola en el agua, la gente piensa en mí”.
Sus propios desafíos de salud también fueron inspiradores. En 2023, debieron sacarle un tumor no cancerígeno del páncreas, y todavía siente dolor por ello. La experiencia la volvió más decidida a juntar dinero para luchar contra el cáncer. “Tengo más empatía por cómo se siente pasar tiempo en el hospital cuando eres niña, y eso me dio determinación para todo lo que hago”, dice. En las carreras, escribe sobre su gorra los nombres de personas afectadas por el cáncer.